El cuerpo frío y la mente cegada por palabras antiguas, gastadas, dialogos sin retorno.
¿A quién le hablas? A ti supongo. Tengo la certeza de que mientras pienso, dudo de cada palabra como si fueran salmos inconcebibles, intenciones que no llegan a fin. Mis proyectos se transforman en los sueños de alguien más, quizás siempre lo fueron. Mis actos corroboran que hasta hoy todo ha sido un circo confuso, los malabares antisociales abundan y la soledad se convierte en esto, en nada. Si, creo que nada bueno puede salir de esto y lo afirmo sabiendo que el significado de la vida se ha convertido en algo obtuso, fuera de toda normalidad. La esquizofrenia es un cuadro del cuál padezco hasta hace un tiempo, y es mi gran obra maestra. No tengo nada para ti, ni esperanza, ni conformismo, solamente un rio de confensiones sin sentido, no espero que esto llegue a entenderse, mis expectativas se fueron con el protagonismo permanente, con un clip y un clap, con tarjetas recargadas, con tardanzas acumuladas, tintas vacías, vasos sedientos, ceniza y ceniza, abstracciones de un saludo.
Es verdad que no espero nada, no sueño ni duermo, no río ni lloro, no amo ni odio, solamente esta la estancia que nunca acaba.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario